Exposiciones

Unnamed Road Narelle Jubelin Del 1 de junio al 15 de septiembre Santiago

unnamed road - narelle jubelin

o el orden de las cosas


the black

lo primero es que no se trata de un color ni tampoco de la ausencia de color.

lo negro —y aquí deliberadamente utilizo una fórmula neutra— es una condición espacial y por tanto, temporal. al estar estrechamente relacionada con el origen y con la esencia de la luz y ser de alguna manera su otra cara, lo negro trasciende la condición colorística que posee en el arte para plantear otros temas y otras posibilidades que van desde la filosofía hasta la astrofísica, pasando por casi todas las inquietudes humanas y humanistas, incluida la estética.

lo negro, hay que decirlo también, está fuertemente asociado a un ideal de la modernidad y es en este ideal en el que se percibe una cierta filiación del uso que la artista hace de ese color.


the (black) square

en la sabiduría oriental el cuadrado, esa forma geométrica de cuatro lados iguales que en occidente se conoce como de proporciones clásicas, representa la tierra; mientras que el círculo representa el cielo. ahora bien, ¿qué sucede cuando la forma asociada a lo terrenal se presenta en una suerte de suspensión?

la forma inusual en la que malevitch colgó su famoso cuadrado negro nos da bastante que reflexionar. el colgado en lo alto del muro con una cierta inclinación le da una cierta corporalidad que llevó a ese cuadro a adoptar una forma elevada con volumen.

luego pienso en el pabellón de mies van der rohe y en cómo fue él quien, quizás inspirado en el pintor ruso, presentó una estructura rectangular suspendida, pero sin colgar, dotando de cualidades etéreas a una forma arquitectónica estrictamente apegada a lo terrenal.

con ese pequeño pero significativo gesto la estructura parece levitar sin perder su solidez. entonces el cuadrado adquiere otras propiedades que podríamos considerar trascendentes o que buscan elevar el espíritu.

el artista israelí dani karavan desarrolló otra forma de entender y utilizar el cubo al concebir su intervención en recuerdo a walter benjamin junto al cementerio marino de portbou. en el caso de este artista la relación incorpora, el umbral, el pasaje, el descenso, la inscripción, las escaleras y un pequeño hexaedro un poco apartado y escondido, que puede significar el viaje de la energía a través del espacio.

el cubo es un símbolo de la sabiduría, de la verdad y de la perfección moral.

es también la forma que adoptó césar portela para construir el cementerio civil de fisterra.

en la propuesta de portela se percibe una cierta influencia de van der rohe. sin embargo, los volúmenes dispuestos frente a la inmensidad del mar y del cielo no han alcanzado el fin para el que fueron concebidos por el arquitecto y no han tenido la aceptación de la comunidad para la que fueron concebidos.

los motivos que explican este abandono, desuso o rechazo podrían ser diversos. por un lado, su difícil acceso; por otro, la radicalidad de una propuesta que plantea tramitar la muerte a través de una espiritualidad, en cierta medida, laica o sin el peso de la cruz.

esta radicalidad traza también el borde de un camino por el que transitan malevitch, van der rohe, benjamin, karavan, portela y jubelin.


the structure(s)

existe cierta afinidad en las estructuras arquitectónicas y lingüísticas. el arquitecto lo sabe y se vale de ello. la artista lo sabe y se vale de ello. el o la lectora de la obra lo intuye y comienza a recorrer el camino propuesto y enfrenta sus primeros tropiezos con el fin de descifrar la obra… la obra se construye entre esos dos espacios: el arquitectónico y el lingüístico.

fuera de ellas, es decir, de las estructuras arquitectónicas y lingüísticas todo carece de existencia: el arquitecto, la artista, incluso la o el lector.

también el existir de la imagen está sujeta a ellas.

 

the land & the scape

aquí irrumpe el problema de la traducción.

landscape / paisaje no son lo mismo y sin embargo, son los vocablos con los que una cierta idea se expresa en ambas lenguas.

este “problema” atraviesa la vida y la obra de narelle jubelin, en su relación indisociable y en su habitar simultáneo ambas lenguas.

mi trabajo no consiste en resolver esta cuestión sino en estudiarla. justo aquí se presenta esa posibilidad.

entonces, me detengo en la construcción inglesa de la palabra landscape y descubro que el afijo scape posee una entidad propia. es decir, es más compleja que lo que en castellano se conoce como afijo.

scape posee diversas acepciones dentro de distintos campos de saber: botánica, zoología, entomología y arquitectura. esta última, por un lado, confirma la idea de la relación entre la estructura lingüística y la arquitectónica; y por otro, se independiza de todas ellas, ya que incluso aislada (es decir, sin land) puede expresar la misma idea.

esto la dota de una doble condición: de dependencia en algunos casos y de independencia en otros. lo cual pienso, puede ser una clave a la hora de hacer la lectura de la obra.

 

the grave

cuando releo el cementerio marino de paul valéry tengo la impresión de que lo ha escrito para este momento. para que se lea en voz alta ante unas tumbas vacías frente la inmensidad del mar, asomadas a los confines de la tierra. quizás lo ha escrito para aquella ceniza que contempla el mar en soledad.

es una cualidad de la poesía: su capacidad de anticiparse. debemos aprender de ella si aspiramos a viajar en el tiempo y a la inmortalidad.

 

the ashes

otro de los elementos creados y utilizados por narelle jubelin son los objetos escultóricos que son presentados como “bronces”. estos cuerpos nacen del fuego. su escritura en apariencia indescifrable está asociada, por tanto, a la historia del fuego y a lo que de este queda: la ceniza que nos recuerda que este alguna vez ardió.

estos bronces remiten a los orígenes, a los primeros fuegos y a las primeras formas de expresión.

digamos que las producciones culturales de la humanidad han cambiado desde esos primeros tiempos hasta hoy. en medio de toda esas transformaciones solo la ceniza permanece.

la ceniza se mantiene fiel a sí misma, a la historia de sus llamas.

 

the image

la imagen fotográfica siempre es un recuerdo intervenido, falseado, modificado o borroso de algo que fue o que pudo ser.

en cualquier soporte, la imagen no representa ni persigue nada, salvo dar testimonio de un acontecimiento suspendido entre la vida y la muerte del instante. por tanto, la imagen termina por ser siempre una tumba de sí misma. un lugar al que se va a rendir tributo a la implacable condición de impermanencia.

 

the she

desde una perspectiva estrictamente crítica, ella es una artista cuyo trabajo re actualiza la idea y los postulados del landart. esta afirmación podría parecer osada, ya que en apariencia ella no interviene el espacio exterior ni lo que llamamos paisaje. sin embargo, esta idea se basa en la observación de los procesos de trabajo de narelle jubelin.

el ella cobra entidad dentro del landart cuando ella, vamos a decir delicada y sutilmente, traza los recorridos por la obra sin necesidad de intervenirlo. esta podría ser una postura ética y estética que asocio al feminismo y su radicalidad frente al género.

al contrario del hacer de otros artistas quienes tradicionalmente han desarrollado sus prácticas instalando, removiendo, reordenando, reconfigurando es decir, alterando y, por lo tanto, ejerciendo una cierta “violencia” dentro del espacio. mientras ella despliega estrategias que no requieren del ejercicio de ese tipo de fuerza para conseguir la construcción de una obra que se desborda en el paisaje y en los territorios que va transitando.

es importante señalar que pesar de esa aparente no intervención, los paisajes en su hacer nunca permanecen igual a cómo habían sido antes de que ella los recorriera.

 

the point

el punto es dibujo y es escritura.

más allá de la técnica que la artista domina y que hemos visto cómo ha utilizado a lo largo de casi todos sus proyectos. le petit point da lugar a la imagen en la que se cruzan los caminos. no sé bien cómo expresar este punto… sin embargo, haré un esfuerzo.

digamos que ella dibuja una cruz sin cargar con ella. una equis incompleta o deconstruida en estas formas aleatorias / \

interesada en la imagen fotográfica, ella desdibuja la cruz con distintos puntos, para, de alguna manera, poder liberarse de ella. es una paradoja, como no podía ser de otro modo.

el uso libre del punto que utiliza, plantea disyuntivas estrechamente relacionadas al trabajo, que además de cuestiones formales plantean problemas de orden filosófico y existencial.

es decir, además de obedecer a unas leyes que solo están al servicio de la captura de la imagen es imposible no pensar en lo que jubelin plantea al pasar de una cruz a una equis y de una equis a su deconstrucción. que también puede leerse como el tránsito del símbolo de un dios (✝) al ciudadano (x) y no de cualquier ciudadano, sino del que adopta una postura crítica y se pone en cuestión (/ \)

quizás algo parecido es lo que cruza el cementerio de portela y lo coloca en un lugar políticamente incómodo que altera el deber ser de este tipo de espacios.

por todo esto, el punto elegido es central ya que abre la posibilidad de un camino incierto, mucho más libre y arriesgado, en términos de la norma y de lo que se considera adecuado.

en el caso de la relación con el tránsito entre la vida y la muerte el punto plantea una pregunta que no vive el encierro dentro de ningún templo ni marca un final sino que se lanza al vacío de la inmensidad del cielo y del mar.

el punto también puede ser leído como signo y manifestación de hécate quien desde tiempos antiguos señala el entrecruce de caminos —sin nombre y ciertamente sin número— un punto de referencia que si se sigue es imposible perderse aunque se le conozca como

 

unnamed road

 


maría virginia jaua

madrid 27 de mayo 2023


/ Breve bio

Narelle Jubelin es una consagrada artista visual nacida en Sídney que vive en Madrid desde 1996. Ha tenido una dilatada trayectoria expositiva que, desde sus inicios, ha estado marcada por el alcance y el rigor internacional. Su práctica, basada en la investigación, dirige nuestra atención hacia pequeños fragmentos de grandes historias con gran exactitud.

Narelle ha trabajado en equipos interdisciplinarios, intergeneracionales e interculturales como consultora curadora, estableciendo MoS, The Museum of Sydney a mediados de los años 90 (un museo en el sitio arqueológico de la primera casa de gobierno europea, por lo tanto, en efecto, un museo de los primeros 60 años de ocupación colonial); en España fue curadora consultora del galardonado Pabellón del Pacífico Sur para la Exposición Internacional de Zaragoza 2008 (que tenía como lema “El agua y el desarrollo sostenible”). Más recientemente, en 2021 y 2022, fue artista en residencia y co-comisaria con el artista isleño  Tiwi y líder cultural Pedro Wonaeamirri para el Museu Etnològic i de Cultures del Mòn de Barcelona. Su propio trabajo conceptual parte del pensamiento crítico a través de la interrogación, principalmente, sobre el movimiento moderno arquitectónico y el arte de ese momento, adaptando cada proyecto a los diferentes contextos y espacios en los que se instalan.


+info


*Esta exposición conta co apoio do Concello de Santiago de Compostela

(Proxecto presentado á convocatoria de axuda e apoio a actividades culturais para o sector profesional 2023)

Con el fin de ofrecer un mejor servicio, nuestra web utiliza cookies Saber más Aceptar